
Ya el título de la carta sugiere cierta sorna, supongo. el caso es que el pasado martes 26 de agosto estaba paseando por Plencia cuando me acerqué al puesto de información instalado en su magnífico paseo para interesarme por los horarios del metro. Pergreñaba la idea de quedarnos a cenar y disfrutar la magnífica noche que se barruntaba.
Una en principio amable señorita me dio los folletos del metro y me indicó "que había un servicio nocturno ¡toda la semana durante todo el mes de agosto!". Yo, pobre habitante de la margen izquierda, y usuario casi compulsivo de dicho medio de transporte, me quedé muy extrañado cuando le dije que al otro lado de la ría no disponíamos de dicho privilegio. A lo cual, ni corta ni perezosa, ella me respondió con poca educación, "que nos quejáramos en Sestao, que allí el metro iba cada 5 minutos y aquí lo tenemos cada 20". Obviamente, algo debía responder, y le dije que si en Plencia vivían 2.000 personas (cifra suministrada por ella), en la marquen izquierda vivíamos 250.000 aproximadamente. y no es justificable el mismo nivel de servicio aquí que allí. Y además, el metro les llegó a ellos 10 años antes que a nosotros. Es increíble, pero es la misma polémica que tuve con el alcalde de Sestao (en su momento, del PNV), por el retraso en la llegada del suburbano a la villa fabril.
Parece que la cuestión no es dar el mejor servicio posible a la mayora cantidad de gente posible y que más lo necesita, sino contentar a quien le vota a uno.
Ah, finalmente, y después de un atento estudio de la tabla de horarios del metro, resulta que NO EXISTÍA DICHO SERVICIO NOCTURNO EN DIAS LABORABLES. Con lo cual, a la poca educación, la susodicha persona unió una incompetencia importante. Imaginen ustedes que nos llegamos a quedar a cenar allí...
Por cierto, no me da la gana escribir el nombre del pueblo en euskera. El día que se aclaren con la lengua que dicen hablar (yo más bien creo que asesinar), que me lo hagan saber y lo escribiré como finalmente decidan.